Campo de concentración de Dachau

De los lugares que he visitado en Alemania, y podría añadir de todos los que visitaré, el que más me ha impactado es, sin duda alguna, el Campo de Concentración de Dachau.

Situado en las afueras de Dachau, a unos kilómetros de Múnich, este campo de concentración fue el primero que ordenó construir Hitler, en 1933. No sólo fue el primero, sino que fue el lugar en el que experimentaban toda clase de torturas que más tarde se extendían a otros campos de concentración.

Al igual que en todos los campos, un "Arbeit macht frei" (El trabajo hace libre) te da una triste bienvenida en la puerta, con unas garitas de piedra a ambos lados. El campo está rodeado por una verja metálica a un lado y un muro con alambrada en la parte superior al otro. Junto a las vallas, torres de vigilancia y un foso rodeado de más alambrada en la parte que no podían controlar desde las torres.

Es la misma estructura que hemos visto tantas veces en películas de la Segunda Guerra Mundial, pero eso no hace que cause menos impresión.

El edificio en el que residían los militares se ha convertido en un museo, donde puedes aprender sobre los horrores que se producían en aquel lugar. Mientras que la mayoría de los barracones de los prisioneros han sido derrumbados, dejando solamente dos para exposición al público.

Sin duda, es una visita más que recomendada para cualquier persona que tenga posibilidad de venir. Aprendes sobre la SGM a la vez que te sorprendes de la crueldad del ser humano y te avergüenzas de su capacidad para seguir órdenes sin cuestionarlas. Espero repetirla cuando mis padres vengan a visitarme.